Me sentía rota por dentro, la soledad me embargaba cada vez mas, ya no me quedaba nada, solo un par de recuerdos dulces que quedaban disueltos con el sabor amargo de la tristeza, ya no podía recuperar el tiempo perdido que había malgastado inútilmente, porque ya no podía volver atras para poder vivir aquellos recuerdos que me carcomían por no poder saborear lentamente y darme cuenta de los diferentes tonos de dulzura que tenían, ni el ligero abrazo me reconfortaba...
Ahora solo me quedaba este cuarto que mirase donde mirase me recordaba a él, sin poder evitarlo se me resbaló una lágrima, que me hacía recordar la terrible realidad con su tacto helado. Después de aquella lágrima le siguieron millones de ellas, hasta que se me nubló la vista, cada vez más se me hacía mas notorio el desmallo, de manera que para no caer en una oscuridad totalmente sola, cogí una camiseta suya y me abracé a ella acurrucada en su cama, como si él siguiera conmigo...
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